TMtucha gente cree que todas las televisiones del mundo están obsesionadas con el componente genital, la basura emocional y el deporte para machos. Sin embargo, las diferencias son notables y dan fe del alma de cada sociedad. Ni en Francia, ni en Gran Bretaña, ni en Alemania se vive con histérica intensidad el chismorreo porno. Es un plato de la Italia de Berlusconi . En Inglaterra, el husmeo de las glándulas es faena de tabloides dirigidos a los hooligans y sus parejas. En Francia apenas existe.

En España, las estrellas, los herederos y las entretenidas forman el menú destinado a las mujeres. A los hombres se les echa fútbol. En vida del marxismo, a este material que engancha como una droga se le llamaba alienante o enajenante porque chiflaba al proletariado y lo dejaba lelo. Algunos marxistas muy aficionados al fútbol, como Vázquez Montalbán , nunca dejaron de protestar por el uso que el franquismo y el fascismo dieron a los deportes.

¡Cómo se equivocaban! Leo en El País que los deportes dominan de una manera abrumadora el minutaje de los telediarios democráticos: el 23% de la información de Antena 3, el 22% de la de TVE, el 30% de la de Cuatro, se dedican a tan viril ocupación, más que en tiempos de Franco . En el estudio ha intervenido la Universidad Pompeu Fabra, pero no aparecen cifras de la televisión catalana por modestia. Y es que, en la actualidad, el fútbol y el porno cordial ya no son formas de alienación fascista sino de integración cultural, así que no debe abatirnos, sino alegrarnos, que cada vez más mujeres se pinten la cara para ir al estadio y los hombres disputen en la oficina o en el tajo sobre las prestaciones del nuevo amor de la señora Obregón . Caen las barreras entre ricos y pobres, se esfuman las clases sociales, los sexos, las religiones, gracias a dos inocentes actividades: mirar por el ojo de la cerradura a las parejas y fundirse en una masa aullante. Esa es nuestra identidad cultura.

En los informativos franceses, por ejemplo, el deporte casi no existe. Sólo se le conceden unos pocos segundos. ¡Si serán fachas!

*Periodista