TUtn ciudadano que se decía dueño de la luna se presentó ante un notario para que este diera fe de tal posesión. El notario cumplió su obligación y ante la falta de documentos que acreditasen tal posesión, dio fe de que el ciudadano en cuestión declaraba ser dueño de la luna ante él, el notario. Pues algo parecido es lo que han hecho con el preámbulo del Estatuto catalán entre le PSOE y CIU.

Si yo fuera nacionalista catalán, creo que me ofendería la redacción consensuada por dos razones fundamentales: la primera porque es deliberadamente confusa, y eso ya no es bueno de entrada, y la segunda, porque de la propia redacción lo único que se deduce es como una especie de falta de i.e. o de lavarse las manos de lo que viene a afirmarse: que Cataluña es una nación.

Y es como lo del ciudadano y el notario. De lo que se da fe en el ya famoso preámbulo es que el Parlament considera a Cataluña como una nación, lo cual es lo mismo que hacía el notario con el ciudadano que se creía el dueño de la luna: "que estos dicen que son una nación", ese es el preámbulo en definitiva. Y el problema a la hora de redactar un nuevo Estatuto no es dar fe de una acuerdo ajeno sin más sino definir por ambas partes, el Gobierno central y el catalán, qué es Cataluña y cómo se va a relacionar con el resto del Estado. "Estos dicen que..." Vale; pero usted, Gobierno, y ustedes, Congreso, ¿qué dicen sobre lo que dicen estos?

Lo que pretende el PSOE es pasar por el charco sin mojarse ni mancharse y tanta filigrana resulta imposible o al menos poco recomendable porque desde un lado (PP) y desde el otro (ERC) llueven las críticas mientras el pueblo llano no está por la labor del encaje de bolillos sino de llamar pan al pan y al vino, vino y, ya puestos, a preguntar por cuanto va a salir esta reforma y las que, naturalmente, se han puesto ya en la cola.

Porque yo insisto en que la polémica sobre cómo y dónde se coloca el término nación me parece de mucho menor calado --ya sé que para otros es fundamental-- que la financiación y la más que probable ruptura de una caja única para todos.

*Periodista