Benedicto XVI se convertido en el primer Papa que contesta preguntas de ciudadanos en televisión. El hecho es importante, no solo por su novedad, sino porque representa un intento de que una figura normalmente alejada y rodeada por una Curia misteriosa se acerque al ciudadano común. Sin embargo, tanto el tipo de programa como los contenidos de algunas respuestas defraudaron las expectativas que se habían levantado ante el espacio, emitido por la RAI italiana y que ha reproducido Televisión Española. Las preguntas fueron solo siete, elegidas entre 3.000 posibles llegadas de todo el mundo, y el Papa no las contestó en directo, sino grabadas. El Papa utilizó un lenguaje sencillo, con ejemplos a modo de parábolas para una mejor comprensión de la gente común, pero no profundizó en los temas candentes que en ocasiones estaban escondidos tras las preguntas, como la delicada cuestión de la eutanasia contenida tras la interrogación de una madre que tiene a su hijo en coma desde hace dos años. Tampoco respondió Benedicto XVI a la cuestión que mucha gente se plantea del porqué de los desastres naturales en los que mueren decenas de miles de inocentes. Otras preguntas sobre dogma católico parecían más bien elegidas para que el Papa se explayase sobre su último libro, que aborda sus temas favoritos de Jesús de Nazaret y su madre. Ante la cantidad de problemas que vive el mundo, lo menos que se puede decir es que los que seleccionaron las preguntas no pecaron de audacia.