Hoy, ojeando prensa, me he dado de bruces con un artículo que me ha sorprendido: "Una quinta parte de los universitarios reconoce que no lee nunca un libro" y dice así: "La Fundación BBVA estima que el 13% no leyó ningún libro durante el último año y el 18%, de uno a dos. Los que más leen, los que tienen de 10 a 13 años". Yo, ingenuo de mí, siempre había creído que el leer enriquecía a las personas, que nos abría ventanas a la entrada de aire nuevo en nuestras vidas, que nos permitía viajar a parajes remotos con el simple acto de tomar un libro entre nuestras manos, que culturalmente solo podíamos enriquecernos con ello de sabiduría,... pero resulta que no, que leer no es necesario para nada, que podemos conseguir cualquier cosa que nos propongamos sin tener que coger nunca jamás un polvoriento tomo de nuestras estanterías, que podemos tomar todas nuestras publicaciones y reciclarlas para hacer papel higiénico y ocupar las recién abandonadas librerías con coloridas figuritas de los chinos y los retratos del verano en Matalascañas y todo esto ¿por qué?, pues porque según se desprende del primer golpe de lectura del artículo ¡ya hay universitarios que tienen entre 10 y 13 años! Y si se puede estar en la universidad con esa edad,... ¿p´a qué complicarnos?, con poco que hagamos, muy mal se tienen que poner las cosas para no sacarnos cualquier diplomatura, ya que supongo que para las licenciaturas por lo menos te pedirán el Platero y Yo .

Ricardo Hernández Martín **

Cáceres