TEtl Estatut sale de la Comisión Constitucional muy frío, pero su sensación térmica --como dicen los meteorólogos para indicar la apariencia de frío -- es heladora. El final de la larga marcha del estatuto de autonomía para Cataluña ha dejado liquidado el tripartito catalán, ha evidenciado la falta de categoría política del president de la Generalitat, cuya existencia política está amortizada, ha dejado sin capacidad de diálogo institucional a la Generalitat con el Gobierno de España, ha generado un sentimiento de anti catalanismo en toda España y de rechazo a España en muchos sectores de Cataluña. Ha provocado el abandono de la izquierda española de una concepción pluralista de España que ha constituido sus señas de identidad en todos los tiempos de su historia y ha dejado el terreno expedito para que la ultra derecha, que estaba dormida y acomplejada por el peso de sus responsabilidades históricas, plante cara a las instituciones democráticas. El colofón de tantos despropósitos es que ERC y el PP han quedado tan insatisfechos como para rechazar, por distintas razones, el nuevo proyecto de Estatuto.

La pregunta obligada es si este viaje se merecía estas alforjas. El producto resultante aleja a Cataluña de España en la sensibilidad de muchos catalanes y de muchos españoles. Logra un consenso infinitamente menor que el estatuto ahora vigente. Es rechazado por uno de sus promotores y no ha conseguido incorporar al PP. ¿Alguien puede tener la amabilidad de explicar qué ventajas tiene todo el sufrimiento que hemos pasado en este trámite? La satisfacción de Artur Mas y de José Luis Rodríguez Zapatero al demostrar sus capacidades para le malabarismo político, merecían este estrépito. Muchas de las heridas que este proceso ha dejado en el alma profunda de la transición española no supuran sólo porque los desproposititos, las exageraciones, el tremendismo y la irresponsabilidad del Partido Popular impiden a muchos españoles rechazar frontalmente el producto resultante de este itinerario. Pero a la larga, las hemorragias internas que ha sufrido nuestro país pasarán una factura que ojalá todos tengamos medios para poder pagarla.

*Periodista