La verdad es que no tengo una respuesta muy concluyente a esta cuestión. Y es que el sistema educativo en España no es que sea especialmente eficaz. En esta época del año muchos estudiantes preparan los exámenes en las bibliotecas, hasta aquí ningún problema. El dilema viene cuando les preguntas por qué están estudiando. La mayoría de ellos te responderán que lo hacen para aprobar o para sacar buena nota, pero casi nadie dirá que lo hace por aprender. Hoy día existen dos tipos de alumnos: los que empollan el temario que se les da y los que intentan entenderlo. Estos últimos son los que aplican un buen método de estudio, pero ¿qué pasa con los que lo empollan? Algunos dirán que es su problema, que aprendan a estudiar, pero la verdad es que el hecho de que se dediquen a memorizar el temario en vez de entenderlo tiene un origen: el sistema educativo, que se centra demasiado en hacer aprender a la gente grandes cantidades de temas, cuando quizá lo mejor sería dejar de estudiar tanto programa y llevarlo un poco más a la práctica. La cuestión es que en el sistema educativo español no se pone al estudiante ante problemas reales o prácticos, lo que hace que no tenga la necesidad de entender aquello que estudia y que, por tanto, se limite a memorizarlo. ¿Cuál es la solución? La solución pasa por una reforma en la formación de estudiantes, pero no solo a nivel universitario, sino también en niños y adolescentes. Y es que, al fin y al cabo, el estudio es un hábito que se va construyendo con el paso de los años. Personalmente, creo que debería haber también una renovación en el profesorado, porque un buen profesor ha de tener un mínimo de conocimientos, ser creativo y mostrar pasión por su trabajo para llamar la atención y despertar el interés del estudiante. Seguro que hay muchos profesores así, pero, desafortunadamente, no se corresponde con la mayoría, lo que prueba que algo va mal en el sistema educativo español.