TPtarece mentira aunque no lo sea. Me refiero a la Navidad. No a que ya esté aquí, a que cada año llegue antes, sino a los comportamientos humanos que rodean esta fecha.

Si a usted se le ocurre ingerir la cantidad infame de alcohol como para aguantar hasta la madrugada entonando villancicos con desigual acierto; agotar el crédito de su tarjeta en compras tan aceleradas como compulsivas; jugarse media paga extra a la lotería o comer hasta saltarse todos los niveles de colesterol; nadie tendrá argumentos ni suficientes ni válidos para reprocharle nada. Y todo... porque es Navidad.

Otros comportamientos son de una sospechosa voluntariedad en estas fechas ... las reuniones con compañeros y compañeras de trabajo, el caótico ambiente de los bares en donde no parece molestarnos absolutamente nada, las visitas a familiares o la mayor asistencia a la iglesia. Parecen mentira aunque no lo sean y me resisto a calificarlos de hipócritas aunque lo sean. Vayamos preparando las promesas que no cumpliremos el próximo año sin frustración ni cargo de conciencia alguno. No es lo correcto pero no tiene la menor importancia, créanme.

*Psicólogo social