WLwa composición de los órganos de gobierno del Congreso y el Senado ha sido consensuada por 12 de las 13 fuerzas con representación parlamentaria. Todas menos el PP, que ha rechazado ceder alguno de los puestos que le correspondían, con una aplicación rígida del reglamento, para que las mesas y las comisiones de ambas cámaras reflejasen el pluralismo que surgió de las pasadas elecciones. Esto último sólo ha sido posible, finalmente, porque el grupo socialista ha renunciado a alguno de los suyos, asumiendo el riesgo de quedar en el futuro en minoría en determinadas cuestiones.

La prepotencia en el trato con los partidos democráticos y los movimientos sociales y una concepción autoritaria de la política en la que no cabía la práctica del consenso y el diálogo aislaron al Gobierno del Partido Popular en la pasada legislatura. Y lo pagó en las urnas. Al parecer, los populares no han tomado nota de lo ocurrido y ahora, en la oposición, reinciden.

Esta actitud puede dificultar que el PP halle puntos de encuentro con el resto de minorías de la Cámara. Facilita así el propósito del PSOE de gobernar en solitario. Pero es una mala noticia cara a llegar a acuerdos en grandes temas de Estado.