Según Clara Ponsatí, exconsejera de Educación de la Generalitat, el procés fue una partida de póquer en la que los dirigentes iban de farol. Ha habido algunos comentarios sobre estas declaraciones, pero sin tomarlas muy en serio. Mi opinión es que son muy serias, graves y ofensivas. En primer lugar son una ofensa para todas las personas que vivimos en Cataluña, independentistas o no, pero también para el resto de España. Aquellos días en los que Ponsatí, junto con Puigdemont y todo su Govern, jugaban al póquer, había muchas personas en Cataluña, en España y también en Europa que vivimos con mucha preocupación la situación política. Pero es que, además, esa partida de póquer ocasionó importantes perjuicios económicos, especialmente para Cataluña. Se ha escrito mucho sobre estos años de plomo del procés, pero la partida de póquer me parece uno de los actos más irresponsables e inmorales de todos los que hemos tenido que sufrir. El 1 de octubre fue indiscutiblemente un día triste para todos, no solo para los que fueron a votar y recibieron palos por parte de la policía. Pero la pregunta para mí es si llevar la gente a votar formaba también parte de esta partida de cartas. Como muy acertadamente dijo Josep Borrell, actual ministro de Asuntos Exteriores, en una entrevista con la periodista Ana Pastor: «Señora Ponsatí, otro día juegue al póquer con garbanzos».