WLw a renovación del poder municipal, como consecuencia de las elecciones del pasado 22 de mayo, se coronó ayer con la constitución de las 385 nuevas corporaciones. En esta ocasión, y a diferencia de comicios anteriores, no ha habido circunstancias, como recursos, errores en el recuento de los votos, que hayan impedido la normal constitución de los nuevos gobiernos, salvo el caso de Talayuela, cuyo resultado sí impugnó el PSOE. Los extremeños, en tanto que vecinos, han girado claramente a la derecha. El Partido Popular va a gobernar las localidades en las que viven la mitad de los habitantes de esta región, una circunstancia que nunca había tenido lugar. De igual modo, presidirá la Diputación de Cáceres e inaugurará con ella la nómina de responsables populares de esa institución provincial. El pasado día 22, el PSOE sufrió un serio correctivo en los ayuntamientos: 55.000 votos les sacó de ventaja el partido de José Antonio Monago (a nivel autonómico, la diferencia quedó reducida a algo más de 17.000) y, lo que es más decisivo a efectos de imagen, perdió las alcaldías de ciudades tan importantes como Cáceres, Mérida, Plasencia y Almendralejo. Solo Villanueva de la Serena, de entre las grandes ciudades de la región, mantiene las siglas socialistas.

Con todo, el giro a la derecha se aprecia más en las localidades medianas. Porque Cáceres, Plasencia y Mérida habían sido gobernadas por el PP en otras etapas, pero que ciudades como Coria, Trujillo, Olivenza, Los Santos de Maimona o Castuera estén ahora en manos del PP pone de manifiesto una corriente de cambio desconocida hasta ahora y erosiona una de las columnas vertebrales del apoyo histórico al socialismo. Es cierto que algunas de estas poblaciones cambian de manos merced al apoyo al PP, por acción u omisión, de Izquierda Unida (los casos de Olivenza y Castuera son los más significativos), lo que demuestra que, en el ámbito municipal, las cuestiones ideológicas están más diluidas y muchas veces son las relaciones personales el factor determinante para que un consistorio tenga un color político u otro. Las direcciones nacionales tienen en este ámbito las de perder si se empeñan en aplicar el manual e intentan sentar doctrina sin tener en cuenta las innumerables circunstancias que confluyen en la vida política de las pequeñas poblaciones.

El mayor poder del PP les otorga también mayor responsabilidad. Las primeras iniciativas anunciadas por los flamantes alcaldes --todavía lógicamente generales e imprecisas-- van, no obstante, en buena dirección: reducción de concejalías y acciones mancomunadas para compras conjuntas, que siempre supondrán un ahorro para las exhaustas arcas municipales. Este partido, y si logra gobernar la Junta también en el ámbito autonómico, hará bien en plantearse su gestión al frente de los consistorios como una muestra a los ciudadanos de que esa austeridad que pregonan para el Gobierno de España son capaces de aplicarla en el ámbito de los municipios. Es la hora de la verdad para ellos.