La cantante Pasión Vega --en su vida civil, Ana Alías Vega (Madrid, 1978)-- recibió ayer el Disco de Oro por las ventas millonarias de Banderas de nadie, cuarto CD de su precoz carrera musical. Estuvo acompañada de Serrat, al que ha elogiado a menudo. "El personaje que más ha marcado mis valores personales --dijo meses atrás-- ha sido Jesucristo. Y, musicalmente, Serrat". De éste destaca sobre todo la capacidad para componer lo que ella denomina "la copla de nuestros días". O sea, Serrat sería algo así como el Rafael de León y el maestro Quiroga elevados a la modernidad temática y a cierto progresismo reivindicativo de miles de ciudadanos para el cambio.

Pero quien hasta ahora ha compuesto dos canciones para ella no es Serrat, sino el tan canalla como genial Sabina. Y es que la rubia y bella malagueña de adopción (de niña se fue a vivir a Málaga con su familia) parece haber encarrilado su repertorio por senderos diferentes de la copla de los años 30 y 40 con que se estrenó en sus dos primeros discos. En el último destaca la escalofriante melodía María se bebe las calles, sobre la violencia doméstica.

Un bisabuelo cantaor de flamenco es el único antecedente musical de esta mujer. Nunca tomó clases de canto, pero se bebió enterito a Carlos Cano, quien sí parece ser de verdad la fuente y el manantial de Ana Pasión Vega.