Que la Guardia Civil de Tráfico de Badajoz no atraviesa el mejor de los momentos posibles es un hecho del que nadie duda: hay problemas con los mandos, reconocidos en un informe elaborado por el general Masegosa, que fue enviado por el director general, Joan Mesquida, para averiguar qué pasa en ese destacamento. Hay problemas que se traducen en quejas de los guardias, castigos por las quejas, bajas psicológicas por situaciones de estrés, protestas públicas de familiares... Problemas sobre los que la Guardia Civil ha decidido dejar correr el tiempo como forma de solucionarlos.

Los mandos de la Benemérita parecen haber adoptado la menos aconsejable actitud para solucionar las cosas: decir que el conflicto no existe; o darlo por resuelto sin haber adoptado ninguna medida que lo haga posible, tal es la posición de Mesquida; o convenciéndose de que los causantes están en el exterior... Lo último que se sabe, y que se incluye en un informe interno que el director general dice que ignora, es que la Guardia Civil también echa la culpa de lo que ocurre a los periodistas, a los cuales imputa "posibles intereses" en el problema. Es la vieja debilidad de ver fantasmas para evitar ver la realidad.