WLw a industria turística y los ciudadanos con intención de viajar en avión estos días respiran tranquilos desde que AENA y los controladores aéreos firmaron un acuerdo. Después de cinco meses largos de conflicto, los técnicos se dan por satisfechos con un pacto que será incluido en su convenio colectivo. Los términos de la paz que se ha sellado parecen indicar que las cosas quedan casi como estaban, aunque solo el paso del tiempo podrá confirmar esa primera impresión. Los dos grandes logros del acuerdo son la rebaja del sueldo medio bruto anual de 335.000 euros a 200.000. Ese salario equivale a una jornada anual de 1.670 horas --35 semanales--, y no será fijo, sino que dependerá de las horas que se trabajen al año. Esta parte de lo acordado satisface a AENA, que reduce el gasto salarial, lo que repercutirá en su cuenta de resultados e incluso en las tasas que cobra a las aerolíneas por utilizar sus instalaciones. El segundo punto es la contrapartida de los controladores. AENA les permitirá autonomía en la organización del trabajo. Así, se establecen cuatro tipos de aeropuertos en función de su tráfico. La jornada será flexible atendiendo a ese flujo, de forma que las bajas se cubrirán de manera voluntaria con un máximo de 80 por encima de las 1.670 horas. AENA solo podrá intervenir cuando no haya voluntarios. El técnico que quiera ganar más podrá pedir un destino de mucho tráfico, donde incluso hará horas extras, mientras que el que pretenda conciliar su vida familiar se trasladará a un centro más tranquilo, en el que ganará menos.