Tiene en común con Emilio Botín (SCH), Francisco González (BBVA) o los hermanos Valls Taberner (Popular) que también preside una entidad financiera, pero Pedro del Alamo (Almendralejo, 1944) es a su vez profesor de matemáticas en uno de los institutos de su localidad natal, ingeniero y sobre todo un hombre "del campo".

La institución que preside, Caja Rural de Almendralejo, acaba de recibir hace unos días el Euro de Oro a la mejor entidad financiera del 2002 que concede la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc). La cooperativa de crédito, la más antigua de España y entre las tres más solventes, cumple este año su centenario. Lejos de las triquiñuelas contables tan de moda en el panorama de las grandes empresas, Del Alamo asegura que las claves de Caja Rural de Almendralejo son "trabajo, ilusión, un consejo rector sin fisuras, un equipo directivo inmejorable y 90 empleados que han respondido cuando ha habido que hacer esfuerzos".

Del Alamo es un presidente sin sueldo en una caja centenaria, donde el día a día lo lleva su director general, Fernando Palacios. Del Alamo no sólo no cobra sino que la Consejería de Educación le descuenta un día de salario cada vez que tiene que desplazarse a Madrid por motivos de la caja. Pero esto no impide que le cuadren las cuentas tanto en el aula como en la entidad.