Pedro Sánchez podría acceder a la presidencia del gobierno y ejercer su mandato durante varios meses. Se constata, pues, que en el actual sistema político, comandado no por los votos --insuficientes-- sino por los pactos, uno puede ser presidente sin más apoyos que los de la familia y los de ciertos usureros políticos. Pedro Sánchez contra todos y todos contra Pedro Sánchez . Durante las elecciones criticó duramente al PP, Podemos, Ciudadanos y al lucero del alba: ahora que peligra su puesto de trabajo y con él su ambición de poder, quiere pactar con cualquiera, menos con el partido de mayor representación en el parlamento.

Pero no le va a resultar fácil convertirse en expresidente del gobierno. Antes tiene que ganar una carrera de obstáculos digna de programa televisivo de humor amarillo, donde el premio seguro para los concursantes, obligados una y otra vez a besar el fango, es hacer el ridículo. Pedro Sánchez tiene en contra a la derecha --con mayoría absoluta en el senado--, a Susana Díez --aspirante a ocupar su silla y líder del mayor caladero de votos del PSOE--, a los barones y a muchos militantes de su partido. Tiene en contra al sentido común, por no hablar del sentido de Estado. Pero también tiene en contra a los partidos con quienes pretende cogobernar de manera insostenible: populistas, independentistas, antisistemas o batasunos. Para convertirse en el presidente de gobierno más efímero de este país, necesita el apoyo envenenado de un elenco de partidos que le van a dejar con el culo al aire, como ya hiciera Iglesias en su alta traición televisada.

Tras el 20-D Sánchez dijo que los resultados habían sido históricos, y ciertamente lo fueron para su partido: ¡los peores de la Historia! Me pregunto quién va a defender a la España constitucionalista castigada por el de "El caos o yo" de un Rajoy" en horas bajas y "Yo soy el caos" de Pedro Sánchez .