Una no tiene a nuestros cineastas por titiriteros, admira a Banderas, respeta a Amenábar, valora el extraordinario oficio y elegancia de Coronado y otros tantos nombres deja sin teclear porque ya vale de jabón. Por eso no entiende que a un colectivo soberbio que demuestra con sus películas que le sobra talento y formación, que amalgama gentes de todas las edades y supongo - solo supongo- ideologías, con individualidades geniales y de prestigio mundial, y que en pantalla emociona, inspira, divierte e incluso ilustra, le falte competencia para montar un espectáculo que no sea en todo momento tedioso, en muchos grosero y siempre sometido al pretendido progresismo de lo políticamente correcto, o sea de la izquierda más previsible.

No es solo que la gala fuera un sopor, que lo fue. Es que no se puede concebir tanta falta de ritmo en tanto profesional del espectáculo. Ritmo que sobra a granel en los montajes de los institutos de Secundaria para despedir a los alumnos de Bachillerato, por ejemplo.

Por no hablar de los sobrevalorados presentadores, de los gags casposos o de los discursos de algunos premiados tan parecidos al programa aquel de Reina por un día. Y por no hablar del a menudo también sobrevalorado Almodóvar, genio, figura y además director personalísimo aunque irregular como él solo.

Y no es únicamente que esta impertinente prefiera Mientras dure la guerra a Dolor y Gloria, que la prefiere, y le pareciera muchísimo más interesante y trascendente la tragedia íntima del sin par caballero Unamuno que las neuras ególatras del director manchego, un poco histriónicamente interpretadas por Banderas, al que, por tanto, ganaba en todas las facetas la recreación unamuniana de un Errejalde inmortal. Es que lo que superó todo lo superable fue el pelotilleo vergonzoso de Pedro a Pedro, sus votos de felicidad, ese insufrible culto al caudillo y esa servil subordinación a la felicidad del mismo, contenida en el enajenado sofisma de que si le va bien a él, nos irá bien a todos. En fin, que el estado es el presi. Bienaventurados pues los Pedros.

*Profesora.