Periodista

En EEUU se considera una transgresión que Oliver Stone haya filmado una película mostrando el lado humano de Fidel Castro. El resultado es, más que otra cosa, un peñazo: 90 minutos para ver cómo Fidel enciende puros, monta en bicicleta estática, calza zapatillas deportivas made in USA para andar por su despacho y rememora sus batallitas en Sierra Maestra, que a estas alturas parecen un capítulo de Cien años de soledad , de García Márquez.

El filme es un resumen de la conversación de tres días que el cineasta mantuvo con el dictador, que Stone reconoce que atraerá a poco público. En Estados Unidos, porque se sale de la caricatura de Castro. En España, porque sabemos mucho más de Fidel que lo que la película enseña.