Cómo que «no hay que hacer campaña con las pensiones»? ¡Pero si es el momento de hacer política de calle! Y política es tomar decisiones que beneficien a la ciudadanía. Por eso, al acudir a las urnas, los votantes debemos saber qué partidos, con la Constitución en la mano, defienden servicios, estructuras e instituciones y plantean una subida impositiva que garantice, mediante el reparto justo de la riqueza, unas prestaciones dignas para el conjunto de la sociedad, que preserven, con eficacia y sin ambages, el sistema público de pensiones, salud y educación, en lugar de patrocinar lo privado con el dinero de todos. Y dejen de inquietarnos… porque sabemos que el único peligro real que tienen las pensiones es la voluntad política de marchitarlas, fomentando privatizaciones que, ni todo el mundo puede pagar, ni garantizan su futuro cobro. Y si no quieren que las pensiones sean el foco de campañas electorales, aprueben una ley precisa y terminante que las aleje de caprichos electorales.