Una de las frases que solemos tomar como refrán, aunque no lo sea, es la típica, «en tiempo de tribulaciones o turbaciones, no hacer mudanzas», y no sólo es cierto, es que suele seguir inexorablemente al siguiente, este sí es refrán, «...a mar revuelto, ganancias de pescadores», aunque algunos o algunas quieran pescar todavía sin licencia, pero muy próximos, créanme.

Vivimos en una situación excepcional, nadie lo duda, y de la que sólo podemos salir con planificación y previsión en el peor de los escenarios, para asegurarnos el mejor de ellos, no al revés. Últimamente, aunque no es óbice para este artículo, vi, y veo, leí y leo, escuché y escucho, decisiones erróneas, que se tomaron y se toman por ver el mejor de los escenarios, cuando se disfrazaba del peor de los casos; uno o dos convertidos en decenas de millares.

No, lo siento, y no es ni a favor ni en contra de ningún partido ni gobierno, es simplemente obligación de quien ostenta la responsabilidad hacia terceros la de prevenir el peor de los casos, no el mejor, como garante de la seguridad de todos. Así nos fue, y de ahí las consecuencias, cada cual que asuma su responsabilidad, si creyera que las tiene, pero esta pandemia no era para tomárselo como un episodio de hombres, mujeres y viceversa.

La verdadera razón por la que escribo hoy sigue siendo el mundo educativo, y eso que echo de menos poder opinar de otras cosas, pero necesidad obliga.

Nuestra Administración educativa se ha empeñado en realizar una planificación de plantilla docente fuera de toda lógica, imaginando un futuro ideal donde el covid-19 no sólo no existiera, sino que la agrupación de alumnos y docentes acabara con ella. No es ya solo el mejor de los casos, es que directamente han pensado que Extremadura es Shangri-lá.

Hoy, por ayer, leo las declaraciones de nuestra ministra advirtiendo de la necesidad de invertir en Educación, recursos y docentes. Justamente lo contrario que se pretende en Extremadura. Y me cuesta creer, la verdad, que nuestra Administración, al menos la educativa, no lo vea así, a no ser por imposición económica y laboral, quizá de otras Administraciones y otras mesas, por ejemplo la que mientras lee se está celebrando con varios actores que integran todas, algunos por derecho divino, que no por humanos.

No, lo siento, es tiempo de asegurar previendo el peor escenario y asegurando el derecho a la educación de nuestros alumnos, y la salud de todos, alumnos pero también docentes, y si alguno quiere pescar en este tiempo de tribulación o perturbación, que pesque, el problema es que los peces en marejada sólo se pescan en la tormenta.

*Maestro