Venancio Rodríguez Sanz

Zaragoza

AUSENCIA DE PRENSA EN LOS BARES

Que quede claro que no soy dueño de ningún periódico, que no trabajo en ninguno de ellos, que no soy periodista, ni tengo acciones de ningún medio de comunicación. Simplemente soy uno de tantos que, con la fresca la mañana, siente felicidad con un café con leche en una mano al lado de la ventana de cualquier bar. Y con la otra mano, pasa las hojas de cualquier periódico, ¡ay! Desde que estuvimos confitados en marzo, ¡uy, perdón! Confinados. Después de leer el periódico de cualquier bar, tengo la precaución de echarme dos chufletadas de hidrogel en las manos. No me entra en la molondra que haya provincias en las que en sus bares no haya periódicos, no es de recibo. No es por dar ideas; pero, yo pienso que, no tener prensa, debería de castigarse severamente. No sé, por ejemplo, un año de trabajos forzados, o 50 latigazos con anzuelos de pescar y clavos, como a Jesús en la película de Miel Gibson. En serio, esto es una estupidez tan grande como que quitasen el papel higiénico de los baños por el miedo al contagio. En fin, espero que esta pandemia no acentúe la «alelidad».