En la zona fronteriza de Andorra la vigilancia policial no puede relajarse. Las consecuencias de la crisis económica han disparado dos tipos de tráficos que, a pesar de compartir ilegalidad, son bien distintos. Por un lado, se encuentra el tráfico de tabaco, que muchas personas perciben con alerta al recordar la violencia desatada en los años noventa. La diferencia considerable entre el precio de la cajetilla andorrana y la que se puede adquirir en España, Francia o Gran Bretaña convierte en atractivo este trasiego ilegal para muchas personas afectadas por el paro, aunque precisamente su extensión más allá de la frontera española dispara la alarma sobre la entrada en juego de las mafias extranjeras más violentas. En el 2012 se incautaron 491.842 paquetes, frente a los 67.000 del 2006. Las cifras también reflejan un aumento cuando se trata del dinero interceptado en su entrada ilegal en España, Un 139% más en estos primeros meses del año.