No pretendo convencer a nadie. La Justicia como servicio público no tiene nada que ver con otros servicios públicos. Estos orientan su labor siempre hacia el bien común: curan al enfermo o lo intentan, enseñan al que no sabe, o lo intentan. En cambio la Justicia hace su labor, da a cada cual lo suyo según lo que la ley determine, a costa del dolor y de la protesta del 50% de sus usuarios, por eso nunca será popular. El que pierde dirá que no se hizo justicia. Lean estos nombres: Azerbayán, Armenia, Dinamarca, Turquía, Malta y Georgia. Aportaré un dato más: son los países que están por detrás de España en relación de jueces por cada 100.000 habitantes según el informe de la Comisión Europea Para la Eficacia de la Justicia (CEPEJ) publicado en 2006. El resto de países europeos nos superan. En España hay 10,05 jueces por cada 100.000 habitantes (al día de hoy), mientras que el número de abogados, en proporción a nuestra población, es el mayor del mundo, con más de 114.000 colegiados. En España somos 4.543 jueces. El año pasado resolvimos, según los datos del Consejo General del Poder Judicial (que ni elegimos los jueces, ni responde ante nosotros) 8.259.781 asuntos, o lo que es lo mismo: 1.818,15 asuntos por cabeza, 4,9 cada día de los 365 días del año. Ese mismo año ingresó un 3,73% más que el anterior, en total 8.343.687 asuntos.

XCUANDO Ax un paciente le dan cita para una fecha muy lejana, todos nos quejamos del sistema, no del médico, lo cual es lógico. Con la Justicia no ocurre así. Basta con ver los insultos en los foros de internet. Si el juez no trabajase de sol a sol, si su vida profesional no fuese una perpetua huelga a la japonesa, entonces la Justicia dejaría de ser lo que tradicionalmente se decía de la India: un caos que funciona , para mostrar su auténtico rostro, el de un sistema fracasado. Ahí están los datos; sea como fuere, si los sometemos a tortura terminarán confesando cualquier cosa.

Dictar sentencias no es descargar melones, aún así nos dedicamos a ello haciendo mucho más que los demás jueces en Europa. Es una delicadísima labor que exige: ser un experto de primera fila, tener tiempo y reposo para obrar con diligencia. Con el Pacto por la Justicia que firmaron el PP y PSOE, los políticos decidieron que "había que poner a los jueces a trabajar" y a ese fin fijaron por ley, per relationem ( Ley 15/2003 ) la cantidad de trabajo que debíamos hacer los jueces, de suerte que el que no llegase a ella sería sancionado privándole de parte su sueldo y el que la superase cobraría un ridículo incentivo. Cuál no fue la sorpresa de los políticos cuando comprobaron que la diligencia y laboriosidad de los jueces españoles quedó así objetivamente demostrada.

Si la Justicia hubiese funcionado, si las sentencias de condena que pesaban sobre Santiago del Valle se hubiesen ejecutado en su tiempo, el presunto inocente acusado del asesinato de Mari Luz Cortés habría estado en disposición de cometer el crimen. Digo esto porque estaría en plena y definitiva libertad. Como el sistema no funciona bien, todo se retrasa y lo que es peor, el juez, ni el de ese caso ni ningún otro, tiene medio alguno para saber si la persona condenada, no en firme, en este caso por un delito menor a los ojos de los políticos ex art. 181.1 Cp (el abuso sexual se puede castigar con una multa) es en realidad un peligrosísimo delincuente. ¿Quieren que el pederasta no vuelva a delinquir, que el asesino no cometa un crimen en un permiso carcelario de fin de semana? Demándelo la sociedad, pero no al juez.

Cuando el propio Tribunal Supremo en un acuerdo histórico de 15 de octubre de 2008, repudia toda injerencia política eso no se puede despachar con cuatro especiotas llamadas a tratar al pueblo soberano como si fuese vulgo.

¿Qué han reclamado los jueces de toda España el día 21 de octubre de 2008?: que nos dejen trabajar, que nos permitan trabajar y que se respete la independencia constitucional del Poder Judicial, la única garantía que tenemos todos de contar con jueces imparciales.

Corporativismo es defender al miembro del grupo tanto si es culpable como inocente (el "a mi la legión" de Millán Astray ). Que un grupo profesional reivindique lo justo y necesario a su criterio es, simplemente, el ejercicio de un derecho ciudadano. Se podrá estar o no de acuerdo, pero estas son las razones de los jueces y no es legítimo descalificarlas por el insólito hecho de que todos los jueces estemos de acuerdo.

Concluyo con una pregunta: Si un obrero le roba a su empresario 500 euros y este le dice: ¡estás despedido, vete de mi casa!; cuando aquel reclame contra su despido: ¿quién ganará el juicio?

Respuesta: el obrero ladrón.

Motivo: lo dice la ley, el despido ha de formalizarse por escrito. En otro caso es improcedente "per se" ex art. 55.4 LET.

No pretendo convencer a nadie, sólo explicarme. Gracias.