Las lluvias han sacado del lodo bursátil la economía sumergida del país. Durante estos diez últimos años en España, el dinero negro ha alcanzado los 25.000 millones de euros. Lo justo para realizar la mezcla necesaria de la argamasa de todos los pisos de nueva construcción.

Las calles se han anegado de fardos repletos de billetes de quinientos como consecuencia de la crecida de ríos y megacharcos de patios y jardines. El barro de dinero sucio resultante se ha extendido en la región hasta alcanzar este último año los 3.474 millones de euros. Lo que equivale a pagar los servicios del párroco de un municipio toledano durante 29 millones de días. Cumplidos los designios del cepillo, se ha planteado crear un plan eficaz de lucha antifraude. Es decir, un señor con mostacho y capa negra provisto de una bolsa vacía recorrerá empresas y colchones de familias a la búsqueda de 638 millones de euros. O lo que es lo mismo convertir los 900 euros de los ahorros de algunos dirigentes políticos valencianos en panes y peces.

Para estos currantes de la oratoria, el dinero no tiene color. El negro para el resto mundano, es la tasa de economía sumergida que existe en la región. Tasa que se ha situado en el 19,2% del PIB. PIB que recordarán, es el íntimo amigo de señor Superantifraude.

Estos sabuesos tendrán que luchar con los nuevos tipos del IVA, el clan siciliano encargado de añadir agonía a la población. Salvatore Superreducido. Con cara de 4%. Michelle Reducido que extorsionará entre el 7 y el 8% y don Vito tipo General. Que ha aumentado sus arcas con un nuevo recaudo, el 18%. Un porcentaje que se aplicará a los bienes y servicios en la mayoría de las ocasiones: electrodomésticos, ropa, calzado, tabaco y bebidas alcohólicas, entre otros. Y es que mucho me temo, que volverán los años de la ley seca para poder costearnos la vida- a pesar de defraudar a Hacienda, de sumar dígitos a esa economía sumergida y reírnos de los bigotes del señor PIB y del mafioso IVA.