Ha oscurecido. Un varón con atuendo deportivo trota por la acera y se dispone a cruzar el Puente Real de Badajoz por un paso de cebra. A su izquierda, faros a lo lejos. Está ya en la mediana. A su derecha, dos carriles: por el exterior se detiene un vehículo. Pero por el carril contiguo un coche plateado avanza a gran velocidad. No se detiene. Por poco el peatón no es empitonado. Aún así, el conductor hace sonar su claxon, furioso, recriminando al corredor aficionado. Es como si Iñaki se quejara del vudú al que le está sometiendo la opinión pública e interpusiese una querella ante el Supremo por maltrato y acoso piscológico. ¿Inaudito? No. ¿Se imaginan a la casa irreal pidiendo disculpas en su mensaje de nochebuena por los excesos cometidos? ¿Una homilía navideña pidiendo perdón al rebaño por los actos impropios de unos cuantos indignos de su condición ganadera? ¿A dirigentes autonómicos avergonzarse públicamente por mirar a otro lado ante la sangría del clientelismo o del conocidismo denominación de origen regional? ¿Una declaración pública del responsable de otorgar una pensión por viudedad al homicida de su esposa? Imagino por lo que está pasando el aficionado, el daño que ha hecho al conductor y a su familia. Me consta que si tuviera ocasión les pediría disculpas, que para eso enseñan valores de la ciudadanía en Tele 5. ¿A quién se le ocurre estorbar la trayectoria y velocidad punta de un ente tan gallardo y bien engrasado como un Instituto Nóos? Porque hoy en día sería un lujo y hasta un honor ser arrollado por un vehículo de tan alta gama y renombradas prestaciones, de esos con aritos que tanto gustan a los cargos para salir a hacer sus gestiones. La próxima vez no recurrirá al trote cochinero para salvar su vida, cruzará sin usar los pasos de cebra, con tal de dar tiempo a que se lo lleven por delante con un mínimo de garantías exigibles. Y qué gesto el que sólo le pitara, pues el agredido estaba en su pleno derecho de parar en mitad del puente, bajar de su montura y partirle la cara al agresor del chandal, por canalla insolidario, por no ir montado en un coche con las más altas puntuaciones en seguridad para ocupantes. Lo importante en estos casos es no herir susceptibilidades. En algún DOE, BOE, sentencia, constitución o estatuto marco seguro que encontramos referentes. Y no, no es el mundo al revés. ¿Se imaginan? Si John Lennon levantara la cabeza...