Los compromisos se pagan. José Luis Rodríguez Zapatero prometió a Mariano Fernández Bermejo (Arenas de San Pedro, Murcia, 1948) cinco años como ministro de Justicia (fue nombrado en el 2007). Y, pese a la persistente huelga de funcionarios y a que ha sido una de las bestias negras del PP, el presidente le ha confiado la tarea de lidiar con la judicatura, en su mayoría de tendencia conservadora, y de acometer las reformas necesarias en un ámbito muy criticado. Fiscal de profesión y progresista convencido, Bermejo tiene un largo historial de enfrentamientos con el PP. Por ejemplo, se querelló por injurias contra uno de sus antecesores, José María Michavila. Los populares le recibieron a cañonazos. Pero él, con sentido del humor y lengua afilada, salió airoso de muchos envites.

Sin embargo, también ha hablado más de la cuenta, hasta el punto de que el propio Zapatero tuvo que corregirle cuando dijo que el Gobierno cerraba la puerta a dialogar de nuevo con ETA.