La última sensación en el mundo de la enseñanza son las píldoras educativas. Si usted no es docente, las píldoras educativas consisten en materiales audiovisuales breves de unos cinco a diez minutos por lo general, en las que el docente explica un concepto concreto para aclarar o complementar lo que está enseñando.

Pues bien, no sólo los docentes están utilizando píldoras educativas, nuestros políticos educativos también y de qué manera. Basta con ver cómo se están sucediendo las reuniones de trabajo para el desarrollo de la nueva ley, que más que reuniones son píldoras educativas para explicar o anunciar lo que se ha decidido hacer más que para hacer y luego explicar lo que se ha hecho.

Es lo que tiene dar a luz antes de estar embarazado, que sólo con las intenciones y las ganas no bastan. Tanto, tanto, se quiso correr para derogar la LOMCE que a la neonata LOMLOE, le faltan las piernas para poder echar a andar.

Ayer asistimos a otra de las píldoras a los que nos tienen acostumbrados. Ante la imposibilidad de aplicación inmediata o a corto plazo de muchos aspectos de la Ley, el Ministerio anuncia que está trabajando en varias reformas para modernizar, revisar competencias profesionales y títulos de la formación profesional y posiblemente establecer una Ley de FP que contemple, tanto la FP del sistema de educación como la formación profesional ocupacional y continua, incluso que pudiera tener rango de Ley orgánica.

Y hablando de la Formación Profesional y ya que se estaba a base de píldoras en modo de anuncios, se intenta tranquilizar a los cientos de profesores técnicos sin titulación que quedarían como puestos a extinguir, diciendo que de momento no se preocupen, que existirá una transitoria para que puedan opositar durante tres años y ya se buscará algún encaje en la futura Ley de FP.

A ver, al menos se garantizará la seguridad jurídica, pero lo que se dice tranquilizar, como que no es muy tranquilizador.

En fin, si quieren más, esperen a la próxima píldora que esperemos no sea pildorazo.

*Maestro