Prestige, mentiras: tras veinte días de chapapote hasta el campanario, "las playas de Galicia están esplendorosas". La guerra de Irak, mentiras: Sadam es un peligro para occidente, las armas de destrucción masiva nos pueden destruir en cuarenta y cinco minutos, la conexión con Bin Laden es el terrorismo internacional, el escarnio a Rodríguez Zapatero en sede parlamentaria de ser "el único líder europeo que negaba la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Sadam " (¡tendrían que beatificarlo!). La posguerra, más mentiras: no es un ejército de ocupación, es el combate contra el terrorismo internacional. El Jakolev-42, más mentiras: los aviones tenían todas las medidas de seguridad, y estaban perfectamente identificados los cuerpos de los fallecidos. El 11-M, más mentiras: era ETA, tenía que ser ETA, no podía ser más que ETA, era imposible que no fuera ETA, todo el mundo sabía que era ETA, son unos miserables, dos veces miserables, quienes nieguen que ha sido ETA. Las elecciones, más mentiras: las perdieron o las ganaron por el terrorismo. Acebes , al fin, contrito, atribulado, pesaroso, arrepentido, decidió dirigirse al pueblo y contarles la verdad: por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas: ¡Pinocholandia!

*Filólogo