Resulta que el endurecimiento de las penas por quemar el bosque no ha servido de nada. Los pirómanos, como los maltratadores o los pedófilos, consiguen en este país que la lentitud de la justicia les permita escapar del peso de la ley. Cualquier reforma legal, vendida siempre con tanto bombo y platillo, se disuelve como un azucarillo en un vaso de agua si, al final, solo uno de cada mil responsables de incendios forestales llega a los tribunales. ¿Y los demás, donde andan, quemando más montes?

¿Dónde están todos los pirómanos que el año pasado arrasaron Galicia de norte a sur, cercando Santiago y llevando el fuego casi hasta el mar? La organización ecologista Greenpeace denuncia que en toda la superficie quemada en España, solo en un cinco por ciento se han encontrado a los culpables, y estos han acabado con una sentencia condenatoria. Para mayor bochorno, recuerdan que la media de incendios es de veinte mil y la superficie quemada de más de 140.000 hectáreas cada año.

Una vez más es necesaria la colaboración ciudadana para ayudar a identificar a los pirómanos pero, mientras el Estado no ponga los medios necesarios para que las fiscalias de Medios Ambiente, que se crearon como el remedio a todos los males que se estaban infringiendo a la naturaleza y que conducían a la destrucción del planeta, puedan funcionar, seguiremos tan mal como hasta ahora.

Tan mal quiere decir que solo se juzga a uno de cada mil incendiarios porque faltan peritos especializados que refuercen a las fiscalías en labores de seguimiento de los procesos abiertos. Teniendo en cuenta la lentitud de la justicia y la masificación de las prisiones una solución de urgencia podría pasar por aplicar a los pirómanos una suerte de juicios rápidos con penas que consistieran en servicios a la comunidad tales como dedicarse a desbrozar y talar y limpiar el resto del monte que se ha salvado del fuego provocado por sus delincuentes manos. Eso sí, vigilados permanentemente no vayan a repetir.

Teniendo en cuenta que los pirómanos, en su inmensa mayoría son varones (más del 90%) y que conocen el monte; la masa forestal española sería la mejor conservada de Europa solo con la labor social de estos indeseables, que así devolverían parte del patrimonio común que han destruido. ¿No es una buena idea?

*Periodista