Ya Junta de Andalucía ha ideado una campaña que anima a los hombres a no ser animales y, por tanto, no piropear a las mujeres por la calle. Una, que es muy suya, no ve relación alguna entre un bicho, por mucho que ame a sus perros, y un piropo, y piensa que lo que la Junta entiende como tal, no lo es. Pero eso es otra cuestión.

Bélgica fue la primera en tipificar los comentarios sexistas públicos como delito, aunque también ha cosechado numerosos detractores por considerarlo ineficaz y atentatorio contra la libertad de expresión. Hay naciones como Portugal, Perú o Argentina donde, a imitación de Bélgica, ¡oh, pequeño país, que tan grandes libertades custodia! se castiga con diversas penas lo denominado abuso verbal callejero.

En España, ahora, ante la campaña andaluza, renace la polémica nada gratuita y además necesaria y bienvenida. Necesaria porque, aunque se trate con ironía, nada sobra en toda reflexión encaminada a eliminar las desigualdades causadas por las diferencia de género. Bienvenida porque nos permite pensar en otras cosas que no sean la investidura catalana y las triquiñuelas ideadas por el prófugo vergonzante.

Hace unos años, mi hijo se negaba repetidamente a salir ni al portal de mi casa. Tardé en averiguar que la razón era que en el ciberjuegos del portal, repleto de juventud desinhibida, cada vez que pasaba el muchacho, era objeto de innumerables requiebros tipo ¡culito! y lindezas similares, proferidas siempre por gargantas femeninas que le tuvieron una temporada acongojado, apoquinado y sumido en la vergüenza. No es fácil decidir si se debe legislar sobre este particular, quién decide que una manifestación verbal deja de ser halago y pasa a ser hostigamiento, y, sobre todo, si esta fiscalización atenta contra la libertad de cada uno a expresarse.

Tampoco es fácil imponer la discriminación positiva en este caso y actuar solo contra las expresiones dirigidas a mujeres, pues eso, en cierto sentido conculca la igualdad de géneros, que es el objetivo deseado. La polémica está servida. Bienvenida sea si sirve para algo.