Las divisiones en Plasencia parece que se amplían a los ciudadanos de a pie. Si los partidos políticos en esa ciudad tienen el patio alborotado (unos hace más tiempo que otros), ahora son los vecinos del centro los que discrepan con los comerciantes del casco urbano. El motivo: los pivotes de acceso al centro. Mientras los industriales son partidarios de dejar algunas calles abiertas al tráfico rodado, los vecinos plantean cerrar a cal y canto la zona y sólo autorizar la carga y descarga de mercancías durante determinadas horas al día. Como la cosa siga así, la alcaldesa, Elia María Blanco va a tener que montar un referéndum para poder tomar una decisión.

Y donde está revuelta la cosa también es en el mundo del deporte regional. A la crisis económica del Cáceres se une ahora la del Mérida. Los jugadores no cobran y algunos pueden ser desahuciados de sus viviendas; el masajista dice que la precariedad con que trabaja tiene relación con el aumento de lesionados; y el utillero no tiene tiempo ni de regar el césped. ¡Quién ha visto y quién ve al Mérida! Hizo historia siendo el primer equipo extremeño en ascender a Primera División y ahora su calvario le puede llevar a desaparecer nuevamente.