WEw l Ayuntamiento de Plasencia tiene previsto repartir por la ciudad 75 bicicletas para uso público. Esta iniciativa se llevará a cabo entre el 16 y el 22 de septiembre, coincidiendo con la Semana Europea de la Movilidad, y para lo cual el consistorio está instalando marquesinas en las que aparcar las bicis y el sistema de recogida y entrega de las mismas así como el modo de acreditación de los usuarios para que no desaparezcan.

Cabe recordar que esta idea ya se publicitó el año pasado; que en principio se iba a poner en marcha en septiembre último y que en lugar de 75 bicicletas se iban a distribuir cien. Pero con ser criticable este retraso --por otro lado inexplicado por quienes sí se aprestaron a anunciarlo--, es una iniciativa que hay que apoyar y ojalá que la experiencia de esa semana sea lo suficientemente positiva como para que se incorpore permanentemente y los placentinos hagan de la bicicleta un medio de locomoción cotidiano.

Y no solo los placentinos, sino los vecinos de las ciudades extremeñas. El uso urbano de la bicicleta se va imponiendo paulatinamente pero sin vuelta atrás en muchas ciudades españolas (por supuesto, en muchísimas europeas, en las que la bicicleta lleva años como vehículo común), no así en Extremadura. Y el uso urbano de la bici fuese una asignatura Extremadura sería calificada con un cero patatero. Y eso que nuestras ciudades tienen condiciones ideales para hacer de la bici su medio de transporte: llanas, poco lluviosas y de mediano tamaño. A pesar de ello, apenas hay carriles-bici y los que hay son intermitentes. Y, los proyectos para establecer circuitos se quedan en los programas electorales.