El alcalde de Plasenzuela, el socialista Adrián González, ha dicho que ya no puede más. Que él y los otros tres concejales de su grupo que gobiernan la localidad están a punto de tirar la toalla y de dimitir de sus cargos. Se dan de plazo semanas, el tiempo para rematar algunas gestiones, según cuenta hoy en este periódico González. Después, y toda vez que los concejales del PP, en la oposición, ya manifestaron su disposición a que se disolviera el consistorio, tendrá que ser una gestora nombrada por la Diputación la que se haga cargo del mismo por falta de candidatos que fueron en las listas de ambos partidos y que ahora estuvieran dispuestos a tomar el relevo en la gestión del municipio.

Es la cara áspera de la situación a la que han llevado al ayuntamiento las actividades presuntamente delictivas del anterior alcalde, José Villegas, quien está siendo investigado por el Juzgado número 2 de Trujillo, aunque todavía está pendiente de que se le tome la primera declaración a pesar de que desde hace un trimestre obra en poder del citado juzgado el informe, elaborado por la Guardia Civil a instancias de la Fiscalía, según el cual las cuentas del Ayuntamiento de Plasenzuela no cuadran en, al menos, 4,4 millones de euros, de los que más de dos millones corresponden a deudas a la Seguridad Social.

Se trata de una cantidad tan ingente para un municipio tan pequeño --apenas tiene 600 vecinos--, que lo convierte en el campeón de la no precisamente honorable competición entablada entre las localidades con mayor deuda proporcional al número de habitantes. En Plasenzuela esa deuda alcanza a los 3.800 euros por cabeza, una losa que hipoteca su futuro durante décadas y cuyos efectos se lleva tiempo sintiendo, porque es precisamente el peso de esa deuda la que hace económicamente inviable el ayuntamiento en estos momentos, puesto que estar al día con la Seguridad Social es el salvoconducto para acceder a programas de ayudas e inversiones, como los de Aepsa y el Plan E, que han pasado de largo en Plasenzuela y seguirán pasando mientras no se salde --o se apruebe un plan de aplazamiento-- lo que debe el municipio. Si, como afirma su alcalde, los únicos ingresos que tiene Plasenzuela son los 9.000 euros del fondo estatal y los 18.000 del alquiler de la residencia de ancianos y las dos terceras partes se las lleva la Seguridad Social a cuenta de la deuda y el resto es para el pagar el personal, dónde queda la viabilidad futura del municipio?

Plasenzuela es, por las especiales circunstancias derivadas de la investigada judicialmente gestión de Villegas, el caso más dramático de bancarrota de un ayuntamiento por la deuda con la Seguridad Social, pero en Extremadura no es el único. Santa Cruz de la Sierra, Alburquerque y Villanueva del Fresno también se encuentran entre los municipios más endeudados de España en proporción a sus habitantes. En estos dos casos y en Plasenzuela el motivo es el mismo: una desproporcionada nómina --450 entre las tres localidades-- de empleados públicos.