El primer fin de semana del festival Play! Cáceres ha sido un éxito: artístico, porque los cantantes han estado a la altura de la calidad que se les supone; de público, porque ha acudido masivamente a la plaza Mayor; y de convivencia porque la gente se ha divertido y los servicios sanitarios y de prevención apenas han tenido trabajo. Hasta el tiempo, tan esquivo con Extremúsika y Womad, ha respetado los conciertos.

El único asunto polémico ha sido el de la denuncia a algunos asistentes y a los dueños de algunos bares por no evitar que clientes suyos salieran a la calle con la bebida.¿Debería haber hecho la vista gorda la policía local? No: la ley está para cumplirse, aunque los sancionados esgriman, con razón, que hay otras ocasiones en que se bebe en la calle (novatadas...) y no se multa. Si la ley indica que los dueños de los bares son responsables de que los clientes no salgan de sus establecimientos a beber a la calle, existen medidas de control para evitarlo. Que las adopten aunque les cueste dinero, porque los bares de la plaza Mayor se encuentran entre los directamente beneficiados por el festival. Este primer capítulo del Play! era importante porque marcaba el camino. Se ha demostrado que es posible que la plaza Mayor acoja a miles de personas disfrutando de conciertos sin que ello se convierta en un gran botellón que, a medio plazo, terminaría con el propio festival. A la postre, la actuación de la policía se ve como necesaria para asegurar que Play! pueda ser una fiesta para todos, con independencia de su edad.