Más bella aún» eran las palabras que decía con una gran seguridad, y con cierto sentimiento de orgullo, un presidente Macron que está convencido de que, en un período de no más de un lustro, la catedral de Notre Dame volverá a lucir sus más hermosas galas ante todo el mundo que, atónito e incrédulo, observó, un inolvidable 15 de abril, cómo las llamas devoraban uno de los símbolos más genuinos, más bellos, y más visitados de la ciudad de París.

Cuesta creer que, en unos trabajos de restauración de un monumento patrimonio de la humanidad, tan valioso para todos, un incendio, al parecer fortuito, pueda destrozar, en tan poco tiempo, un edificio tan inmenso, con tanta historia encerrada tras sus muros.

Lo que dos guerras mundiales y muchísimos años en el tiempo no se habían atrevido ni a tocar, el terrible fuego lo destruía en un abrir y cerrar de ojos y, aunque no todos podíamos estar al lado de Notre Dame en esos críticos momentos, las nuevas tecnologías hacían que todos fuéramos testigos en riguroso directo, de cómo las llamas engullían algo tan grande, algo con tantos siglos de historia ante todo el mundo que, boquiabierto, no daba crédito a las imágenes que veía.

A partir de ahora, en nuestras aulas, cuando los docentes especialistas en Historia del Arte expliquen a nuestros alumnos las joyas del gótico, hablarán de Notre Dame, y les hablarán de las maravillas que posee, aunque ya nunca será como antes. Siempre habrá un antes y un después de ese fatídico día de abril de 2019.

Pero también podremos enseñar a nuestros alumnos la gran capacidad que tiene el ser humano para recuperarse de las adversidades. Podrán haber desaparecido, por haber sido engullidos por las llamas, años de historia que se apoyaban en los muros de Notre Dame, pero ya aparecen voces voluntarias en el país vecino, voces de personas dispuestas a ayudar a su reconstrucción. Incluso especialistas de profesiones diferentes de distintos países han ofrecido sus servicios y conocimientos para ayudar a nuestros vecinos, los franceses.

Nuestro mensaje para nuestros alumnos será que, de la adversidad, de lo negativo, podemos sacar siempre algo positivo; de la destrucción de algo tan grande y tan valioso, podemos conseguir la unión de todos para construir la nueva Notre Dame que, por el afán y el deseo de resurgir de nuevo, será, como dice el presidente Emmanuel Macron, todavía más bella.