El partido Podemos, que debe su nombre a la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo poder, tiene la oportunidad de acreditar --a propósito de la investidura de Pedro Sánchez -- que en realidad no conjuga la primera del plural del futuro de subjuntivo del verbo podar, como parecería por su actitud al respecto, que se diría la de un grito de venganza --¡Podaremos la investidura!-- porque el PSOE ha pactado con Ciudadanos --acertadamente, al parecer, dada la respuesta de la militancia socialista, que ha dicho que sí, que bien hecho--. Para podar la investidura, y con ella la gobernabilidad del país (un Gobierno en funciones no es un Gobierno, y son ya 70 días en funciones), Podemos solo necesita consumar la decisión de no abstenerse.

De ser así, será comprensible el mal pensamiento que atribuye la procedencia de su nombre al verbo podar, en la primera persona del plural del presente de subjuntivo. Y que pone el ejemplo no solo de Cataluña, donde la exigencia de un referéndum de autodeterminación se interpretaría como la forma de podar la unidad de los españoles (¡Podemos la unidad de España!), sino también el de Andalucía, donde la negativa del alcalde de Cádiz a entregar los Premios Libertad a presos políticos de Nicolás Maduro sería el modo de podar los ataques al régimen de Venezuela (¡Podemos los ataques al chavismo!), e incluso el ejemplo de Extremadura, donde la nueva enmienda a la totalidad de los presupuestos presentada ayer por Alvaro Jaén significaría un intento por podar las cuentas del gobierno regional. ¡Uf!

Dejando a un lado el jueguecito con los verbos, lo cierto es que votar en contra de la investidura de Sánchez --o no abstenerse-- no podrá evitar el mal pensamiento de que Podemos nunca ha pensado en gobernar con el PSOE, o, lo que es lo mismo, que su propuesta de gobierno fue disparatada a conciencia, precisamente para ser rechazada. El propósito sería el poder de ser la única oposición de izquierdas, podando así al PSOE, al que, de haber elecciones en junio, o dentro de cuatro años, ganaría por la izquierda. Y sin 'sorpasso' ni sorpresa.