Algunos hablaban antes del "zigzagueante Zapatero" por los continuos virajes entre su debe y su haber, atribuibles a la debilidad de los apoyos que tenía, a su talante conciliador y a su incapacidad. Pero el tiempo, de forma cada vez más acelerada y notoria, ha demostrado que ese balance no es equilibrado, sino que este zurdo Zapatero, de modo consciente o inconsciente, es cada vez más derechón. Limitándonos a su segundo mandato, nombró para presidir el Congreso a José Bono, considerado un ultraderechista por el ala izquierda del PSOE. Al frente del Poder Judicial designó a un juez integrista. Ha subido del 0,5% al 0,7% el impuesto religioso y otras prebendas del clero, al que ha dado privilegios educativos mayores que ningún otro Gobierno democrático. También, después de atraer --y, en parte, legalizar-- a un número excesivo de inmigrantes, mandó contra ellos a la Legión. No sólo no ha frenado la especulación inmobiliaria, sino que, tras negarse a tomar medidas contra una crisis económica que no reconocía, ha dado a los bancos más que otros países y ha regalado a los superricos, en plena crisis, una rebaja del 45% al 18% del IRPF. ¿Qué pondremos en su haber? Tras cumplir torpemente la retirada de las tropas de Irak, obligado por la exigencia casi unánime de la ciudadanía, multiplicó las de Afganistán. También hemos pagado muy caro, en fractura social, sus pésimas actuaciones para conseguir la paz con ETA, y su costosa legalización de los matrimonios homosexuales, que otros países han sabido hacer casi gratis. Mientras tanto, los salarios han ido bajando respecto de los beneficios empresariales.

Juan J. Fuente Hidalgo **

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