TCtuando la vida política se judicializa, las acusaciones pueden terminar de varias maneras: archivándose el caso, con sentencia condenatoria o exculpatoria. Si el caso se archiva, cabe el recurso, que supone un desgaste y un riesgo que hay que asumir, máxime cuando la vida de la ciudad llega a resentirse por el ir y venir de los juzgados al ayuntamiento y viceversa. Tarea que hay que armonizar con el día a día municipal, con el trabajo político intenso en defensa de los programas y con el contacto con quienes los han respaldado mayoritaria o minoritariamente. Es decir, con la tarea de gobierno y de oposición.

En democracia, el diálogo y la negociación (que no la negación, de la que hacen gala algunos ediles populares) debiera ser norma de gobierno y oposición, pensando siempre en lo mejor para los ciudadanos a los que hemos ofrecido nuestras propuestas en unos programas que pretenden satisfacer las demandas de los ciudadanos para que la ciudad sea cada día más habitable. Por favor, hablen y escúchennos mucho, debatan y acuerden. Personalmente creo que es mejor discutir en comisiones y en el salón de plenos, que verse las caras en los juzgados. Es cuestión de método y transparencia.

*Maestro