Me pregunto qué hubiese ocurrido si el oscuro botín suizo de Bárcenas hubiese salido a la luz en una España en condiciones distintas. En ese país fetén en el que todos creíamos vivir antes de la crisis: con un índice de paro del 9%, con un aumento del PIB del 4 %, con una sanidad publica sanísima, con unas cajas de ahorro pletóricas ¿Se habría montado el revuelo mediático y social que se ha montado? Supongo que sí, pero los actores, sobre todo los responsables del PP, hubiesen tenido un papel secundario con un guión menos espinoso. El evasor Bárcenas hubiese sido simplemente ese extesorero proscrito del PP porque había abusado por su cuenta y riesgo de la confianza del partido, en vez de ser el hombre más repudiado por una sociedad insatisfecha y más temido por el PP, porque puede poner en peligro el buen nombre de sus dirigentes.

En años de bonanza no es difícil pensar que el PP se hubiese sacudido la acusación sin necesidad de dar demasiadas explicaciones, porque la satisfecha ciudadanía no las habría exigido con demasiado empeño. Pero ocurre todo lo contrario, el país ha desmejorado con creces desde que el PP se hizo cargo del gobierno, y los ciudadanos no pasan una, ni a izquierdas ni a centro ni a derechas.

Es normal que 6.000.000 de parados no pueden quedarse inmunes cuando se enteran de que exdirectivos de cajas de ahorros medio arruinadas perciben 300.000 euros al mes, cuando estos fueron sus nefastos gestores. Que docentes y sanitarios no puedan concebir que se reduzcan considerablemente servicios en sanidad y enseñanza, y se destine un dineral para sanear la economía de algunas entidades bancarias. Que empleados públicos, a los que se les ha descontado la paga extra, se irriten cuando se enteran de que 62 diputados --empleados públicos-- cobran 1.823 euros al mes en dietas de alojamiento teniendo piso en Madrid.

Es normal que la gente se desespere. Ya no por saberse ciudadanos de un país que está siendo administrado por gobernantes que no encuentran solución a sus problemas, sino por políticos de los que ya no se fían.