Nuestros políticos juegan a dividirnos; a sembrar cizaña entre los ciudadanos. Analizando los últimos mensajes de José Luis Rodríguez Zapatero, Pepe Blanco, Mariano Rajoy o Angel Acebes , se llega a una conclusión ciertamente sorprendente: pese a su disparidad conceptual, comparten alguna raíz, están ideados para ´demonizar´ al otro, para hacer retroceder la política a estadios primitivos, casi tribales, haciéndonos creer a los ciudadanos que los males políticos y sociales que padecemos son obra de los ´otros´.

Son dirigentes que jamás asumen sus errores; las culpas siempre son ajenas. Estamos en manos de una clase política de segunda división; políticos que por su falta de preparación, indolencia, indecisión o sectarismo están llevando los problemas de la política no hacia puntos de encuentro --en la estela de lo que fue el gran acierto de la España de la Transición-- sino de confrontación y ruptura.

En las grandes cifras, nunca estuvo nuestro país en mejor situación económica que en estos momentos, circunstancia que viene a demostrar que es la ´sociedad civil´ --los ciudadanos sin cargo ni sueldo oficial-- quienes con tesón, talento, sacrificios y esfuerzo, estamos sacando el país adelante.

Son los políticos --los citados y otros como Juan José Ibarretxe, José Montilla o Carod-Rovira -- quienes no están a la altura del nuevo siglo. Unos y otros parecen empeñados en dividirnos, en devolvernos con sus discursos y programas a los peores tiempos del siglo XX. Ya digo, son políticos de segunda división. Nada de esto se estila ya en Francia o Alemania, países punteros de Europa.

*Periodista