Nunca iba a escribir sobre esto ni a decírselo a nadie. Sí, tengo repugnancia y mucha manía a los varones. A veces soy incapaz de ser justa con ellos y es un gran error por mi parte, lo reconozco. A mí también me gustaría sentir cosquillas en el estómago y ser mimada por alguien especial, pero no, no puedo sentir eso, tan solo imaginarlo me produce vómitos. A mí también me encantaba que me llamasen princesa, también creía que había un amor como el de La Cenicienta y las princesas de cuentos. Tengo 19 años. Sí, soy una niña a ojos de muchos. ¿Por qué a los hombres les da igual que tengas 8, 20 o 44? Siempre se fijan en tu cuerpo y se ponen a criticar. Pero sí, los hombres, no estoy diciendo todos, siempre actúan directamente al ver el cuerpo de una mujer, no piensan, y aún no comprendo si es un instinto natural o es cuestión de inteligencia. ¿Por qué tengo tanta manía a los varones? No soy ninguna radical, soy una mujer completamente normal que lucha cada día por sus derechos. Pero es que he sido asesinada (metafóricamente) muchas veces por parte de varones, delante de mi familia, en baños, en mi trabajo, en la escuela, en la cafetería, en la calle. Asesinada con miradas, roces, palabras y todo, por el simple hecho de ser mujer. ¿No es esto una injusticia? Algún día espero ser justa y deshacerme de este apego, por mí misma, para crecer espiritualmente, para poder renovarme, para poder ser capaz de amar y confiar en mi vecino, mi jefe, mi compañero de piso. Ser capaz de mojarme en la lluvia sin tener que pasar todo el día quejándome, odiando y maldiciendo a esas pequeñas frescas gotas que ya se desvanecieron.