Transcurría distendida la charla en Radio Nacional de España (RNE) conducida por Antonio Jiménez y se cruzaban bromas y chanzas sobre Ronaldinho ("pero si parece Babieca con esos dientes", "al Madrid ya no le interesaba", "algo hay que dejarle a los pobres").

Obligados se vieron a comentar también el fiasco que ha supuesto para el equipo galáctico la contratación de un defensa central, Milito, que llegó a Madrid con la rodilla hecha trizas, lo que ha impedido su fichaje. Y se reían Carlos Dávila, Casimiro García-Abadillo, Román Cendoya y Juancho Armas Marcelo de que un locutor de radio había dicho que "la rodilla de Milito tenía posibilidades cinegéticas", en vez de cinéticas. Ja, ja, ja, qué divertido el gazapo, comentaban todos. Pero, hete aquí, que minutos después estaban todos ellos sacudiéndole estopa a los socialistas por el culebrón político inmobiliario de Madrid, cuando va Carlos Dávila se hace con el micrófono, coge, agarra y suelta: "Ya lo dice el dicho popular: la verdad es la verdad, la diga Agamenón o su portero". O sea, que Dávila convirtió al legendario porquero de Agamenón en un funcionarial portero. Y se hubiera quedado tan ancho a no ser por Armas Marcelo: "No, no..., su porquero, Agamenón o su porquero, no digas portero. Y no es un dicho popular, sino de Antonio Machado". Aún forcejeó Dávila : "Eso es de antes de Machado, mañana te lo diré porque hay dos libros de Néstor Luján que lo explican..."

Moraleja: no te rías del resbalón del prójimo, porque el portero de Agamenón te acecha a la vuelta de la esquina.