Los primeros indicios de la disposición del nuevo gobierno portugués, presididos por José Sócrates, respecto al AVE Madrid-Lisboa son alentadores: no solo se mantiene la apuesta por la línea --que fue objeto de polémica durante la campaña electoral--, sino que retoma los trazados que, desde la cumbre de Figueira en el 2003, habían quedado en segundo plano y sin fecha de comienzo: el Aveiro-Salamanca, y el Evora-Faro-Huelva.

Para los extremeños es una buena noticia por dos motivos: por la consolidación del compromiso con la línea que unirá las dos capitales ibéricas y porque, la nueva línea hacia el sur, abre nuevas posibilidades de comunicación y, enlazando en Evora, acerca una zona turística de atracción creciente en la región, como es el Algarve. Las sensaciones positivas se coronan con el nombramiento de Antonio Mendoça como ministro encargado de impulsar el AVE. Mendoça, personalidad independiente, fue uno de los notables portugueses que se pronunció durante la campaña favorable a los planes de fomento como fórmula de crear empleo y propiciar el desarrollo. De todo ello cabe esperar que, en las próximas semanas, se reinicie el proceso de adjudicación del tramo Caya-Poceirao, que se paralizó hasta después de las elecciones del 27 de septiembre.