TPtortugal está de luto. El sábado moría el general Vasco Gon§alves , uno de los referentes más firmes de la Revolución de los Claveles . Y 40 horas después también moría otro de los grandes de Portugal: el dirigente comunista Alvaro Cunhal , que formó parte de los gobiernos del anterior, y que fue quizás la figura más mítica de la lucha antisalazarista.

Vasco dirigió, desde julio de 1974 (tres meses después del Golpe de los Capitanes , cuando el compromiso socialista se asienta) hasta septiembre de 1975 (al empezar el viraje hacia el centro), 4 gobiernos provisionales consecutivos. En esos catorce meses fue una realidad el sueño de la revolución socialista: se nacionalizaron empresas y se acometió la ya mítica Reforma Agraria, de emotiva ejemplaridad, que colectivizó 1,2 millones de hectáreas, casi todas en el Alentejo, y dio trabajo a 50.000 campesinos.

Cunhal fue uno de los imprescindibles impulsores de esta revolución. Lo conocí en Lisboa, en las grandes manifestaciones organizadas por su partido comunista cuando las conquistas revolucionarias se iban desmontando. ¡Qué fuerza la de su mirada! ¡Qué respeto infundía a todos su presencia en los duros años de la reconversión! Luego coincidí con él en los años 90 en Campo Maior, compartiendo mesa y acto público: iniciaba su decadencia física, pero la mirada continuaba taladrando las conciencias y transmitía la misma seguridad. Ya en el 2001 volvimos a coincidir en Evora, conmemorando las luchas campesinas y cuando ya su decadencia física era patente. Tras sus ojos casi ciegos conservaba aún su mirada iluminada y el respeto de todos era el mismo, ante su cuerpo frágil.

¿Por qué desapareció, poco a poco, la labor de seres comprometidos con la justicia y la igualdad como elaque encarnaba el fraternalmente conocido como Companheiro Vasco , o el camarada Cunhal , del que seguimos sintiendo esa mirada?

Ahora, llegada la hora de las alabanzas, que tantas veces viene con la muerte, muchos de los que les atacaron hacen declaraciones de reconocimiento. Por encima de todos, el pueblo más humilde, el que no obtuvo prebendas, los recordará como revolucionarios, utópicos y generosos, que iluminaron y ayudaron tanto a que todos fueran --al menos durante su etapa de gobierno-- protagonistas decisivos de la historia.

*Historiador y concejal socialistaen el Ayuntamiento de Badajoz