Todo indica que el Partido Popular no solo votará en contra del decreto de exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos, sino que lo recurrirá al Constitucional.

Por qué esta connivencia con la dictadura? El germen del PP fue Alianza Popular, un frente nacional fundado por 7 ex ministros franquistas, constituido por demócratas cristianos, centristas, conservadores y extrema derecha, teniendo en su ideario la unidad de la patria, la educación privada, la libre empresa y la defensa a ultranza del orden y la moral pública. Por eso a esta formación le produce urticaria la Ley de Memoria Histórica y siempre andan de puntillas cuando se trata de condenar la dictadura franquista. Para justificarse manifiestan mirar hacia el futuro y no al pasado para no reabrir heridas.

¿Hay algún problema en mirar al pasado y cerrar -que no reabrir- heridas para restituir el nombre de las víctimas y no reincidir en errores?

Lo dicho, ese funesto legado lastra a sus herederos hasta entumecerlos.

Reparar un déficit democrático

Jesús Pichel

Profesor

La justificación del PP y de Cs para no apoyar el real decreto ley que el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado para exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos es la falta de «extraordinaria urgencia y necesidad» que la Constitución exige a tales normas. Una justificación hipócrita que esconde los verdaderos motivos ideológicos e intereses electorales de la negativa. El TC, que puede controlar un «supuesto uso abusivo» de esta fórmula jurídica, ya reconoció en su día que quien determina la extraordinaria urgencia y necesidad es el juicio puramente político del Gobierno. Y, efectivamente, el Gobierno, en uso de sus legítimas atribuciones, así lo ha determinado.

Que un Estado democrático siga manteniendo símbolos de la dictadura y dedicando un lugar de homenaje al dictador allí enterrado tras 40 años desde la aprobación de la Constitución, sin duda es una anomalía y un déficit democrático que hay que reparar, lo quiera reconocer la derecha o no. Siempre hay problemas más urgentes, pero ninguno más antiguo que este, porque desde hace 40 años es urgente exhumar los restos de Franco. Posponerlo de nuevo bien podría prolongar el problema otros 40 años, para regocijo de quienes aún se sienten vencedores de la guerra civil.

Un monumento que es apología del crimen

Julián Arroyo

Catedrático de Filosofía

No creo que a nadie le preocupe el lugar donde reposen sus restos una vez muerto. Ni siquiera Franco pudo opinar. El Consejo de Ministros de entonces, presidido por Arias Navarro, se decidió por el Valle de los Caídos.

Su esposa, Carmen Polo, creía que el lugar adecuado era el panteón que habían adquirido en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo, donde ella está enterrada. Ahora, los familiares se niegan a que lo remuevan de su tumba mediante el documento notarial.

«Todo por España», manifestó Juan de Borbón ante su hijo Juan Carlos, autojustificando así su renuncia al trono. Algo parecido pensaría este cuando Franco pidió a los españoles en su testamento que le tuvieran el mismo afecto y lealtad que a él.

La causa profunda es el levantamiento militar de Franco ante la legalidad republicana con el consiguiente fusilamiento de todos los enemigos que pudo aniquilar. El otro bando también cometió desmanes, pero no es lo mismo que si los hace un jefe de Estado. Se trata de crímenes violentos, todavía sin identificar ni hacer justicia. Luego, la dictadura levantó un monumento colosal que es expresión de la apología del crimen. Más le valdría a la familia tener un acto de piedad y trasladar a Franco a Mingorrubio.