El Partido Popular logró que su Proyecto de Presupuestos continúe la tramitación parlamentaria después de que Izquierda Unida retirara ayer, en un gesto sin precedentes puesto que se hizo en pleno debate y desde la misma tribuna de oradores de la Asamblea, su enmienda a la totalidad. A partir de ahora, y salvada 'la pelota de partido' que suponía esa enmienda, puesto que el debate sobre la socialista fue estéril una vez retirada la de IU, las cuentas regionales del 2012 se corregirán en razón de la negociación planteada en las enmiendas parciales. El PP, con esa decisión de IU, sale del aprieto más comprometido que ha tenido hasta ahora desde la investidura de José Antonio Monago.

El proceder de los tres diputados de IU en el pleno de ayer ha puesto de manifiesto, una vez más, su inconsistencia política. Existen ya numerosos ejemplos de cómo su opinión varía, nada menos que en 180 grados (del blanco al negro) ante cualquier tesitura de un cierto calado. Y no se trata de afirmar que siempre lo hacen en la misma dirección, es decir, primero expresando un planteamiento alejado de los postulados del Gobierno regional y finalmente abrazándolos, sino de llamar la atención ante el grave hecho de que no es posible confiar en la posición de un grupo político que es decisivo en la cámara legislativa --y, por tanto, con un peso específico indudable en asuntos que atañen a la gobernabilidad-- si defienden una posición con una batería de argumentos que luego acaban abandonando. Porque lo ocurrido ayer es justo eso y da derecho a los ciudadanos a demandar a Escobar, Casco y Nogales una explicación de por qué, en un momento en que el tiempo apremia, ha sido necesario mantener este período de suspense e incertidumbre en torno a las cuentas; de por qué han presentado una enmienda a la totalidad que hasta horas antes del pleno el diputado Víctor Casco consideraba de mayor alcance que la del PSOE; por qué el coordinador regional de IU manifestaba el domingo en este periódico que solo cambiarían de opinión si la Junta se comprometía a poner entre 150 y 200 millones más en el capítulo de ingresos y que no habría ningún recorte en Dependencia, Sanidad y Educación... Por qué todo ello si IU terminó retirando la enmienda sin que ninguna contrapartida, de las pretendidamente exigidas con anterioridad, se concretara. Y es que el presidente Monago, en la intervención que selló el pacto por el que IU retiraba la enmienda, no se comprometió con consistencia a nada que hubiera justificado --legítimamente justificado-- esa retirada, porque los 140 millones sobre los que se ha cerrado el pacto los condicionó a obtenerlos efectivamente y a que no generaran déficit.

El gran triunfador del pleno de ayer fue Monago y el PP. Pero como lo fue gracias a la inconsistencia de IU, el Gobierno regional debería prevenirse ante el disfrute de esos réditos tan fáciles porque pueden terminar pasándole factura. Los grupos tienen derecho a cambiar de opinión, pero hay que argumentarlo suficientemente. Solo los argumentos, y no mudar de opinión, justifican el cambio. Es lo que faltó ayer a IU: argumentos, razones para defender ayer una cosa y hoy la contraria. Deberían de aclarar de una vez su papel e informar qué quieren ser: apoyo del PP u oposición al PP. Los ciudadanos tienen derecho a conocerlo y a saber a qué atenerse con IU.