Portavoz del PSOE

en la Asamblea

Si esto continúa así, no me extrañaría nada que la psiquiatría tenga que terminar admitiendo una nueva patología que acabará por ser estudiada en los más afamados manuales de esa disciplina científica: el síndrome obsesivo ibarrístico.

Un día sí y otro también a estos muchachos del PP les entra una especie de dengue cada vez que el presidente de la Junta de Extremadura dice algo o propone algo. Ciertamente, su nombre envenena sus sueños. No hay mañana en que no ofrezcan algún ejemplo de sus terrores nocturnos. Me los imagino sonámbulos y atormentados, noche tras noche, sin poder conciliar el sueño como Dios manda, balbuciendo palabras incoherentes entre las que sólo se acierta a distinguir: "Ibaaarrrraaa, Ibaaaarrrraaa...." ¡Hay que ver cómo se lo pasan!

Además, la alegre muchachada arremete, sin pensárselo, contra algunas cosas que debería merecerles algún respeto. Con su actitud están consiguiendo que las fuerzas políticas democráticas, las organizaciones sociales, económicas y culturales de la región les tomen, un poquito más cada día, a chirigota. No es posible que ante cada tropiezo, ante cada resbalón manifiesto del PP, mire hacia el presidente Ibarra haciéndole responsable de sus propios errores. ¡Qué dejen ya de practicar este budú mesetario! Entre otras cosas porque, ya lo habrán comprobado, el muñeco tiene una piel tan popular y democráticamente protegida que ni nota los pinchazos. Al contrario, podría decirse que a más pinchazos, más trastazos de los del alfiler.

Llueve: Ibarra culpable. Hace una calorina sofocante: Ibarra culpable. Se cae una teja: Ibarra tiene la culpa. Bien, pero ¿para cuándo el análisis serio, riguroso y documentado de las cosas que afectan a Extremadura? Por ejemplo, ya que lo citan, --y de qué materia-- las competencias en materia de Justicia, podrían decirnos, además de hacer la gracieta semanal, qué piensan realmente de ello. ¿Quieren o no quieren que Extremadura asuma estas competencias? ¿Consideran o no que la justicia funciona adecuadamente? ¿Saben si los extremeños tienen entre sus prioridades la asunción de esas competencias? ¿Cuál es, en definitiva, la propuesta del PP? La de los socialistas ya se conoce: no consideramos prioritario asumir esta competencia. Por lo tanto, debatan, analicen, propongan y dejen a Montesquieu tranquilo.

Porque en este tema ocurre como en otros, que escuchamos la algarada del PP, pero no oímos las propuestas. Recuerde el lector si es capaz de recordar claramente la postura que el PP mantuvo respecto a la reforma del Aepsa; o cuál es la posición de los populares sobre la televisión regional; qué han dicho los señores del PP respecto a las reformas del tabaco, el arroz o el tomate. Siempre es lo mismo, montan algaradas, circos mediáticos, y al final, la culpa siempre es del empedrado. Pero quien ha eliminado la Fiscalía Anticorrupción ha sido el PP y quien manipula al fiscal general son siempre los mismos, los que acusan de todos sus errores al de enfrente --si Montesquieu levantara la cabeza--. PP: ¿Hay alguien ahí?