Da la impresión de que estas primarias del PP vienen dirigidas, y casi resueltas, desde la Tele: la prensa ha priorizado a tres candidatos y dejado a los otros bastante al margen. Alguno me dirá que los medios, claro, deben centrarse en los favoritos. Puede; pero también puede lo contrario: que sea la cuota de pantalla quien hace a los favoritos. Y si es así, ¿por qué estos «elegidos» y no otros? Quizá sólo sea «marketing»: un morboso duelo de mujeres vende mejor; pero, habida cuenta que ninguno de los favoritos tiene, creo, verdadero espíritu reformador ni crítico, podría también ser que, desde las esquivas esferas de la influencia, ésas que crean opinión, hubiesen decidido quién puede y, sobre todo, quién NO debe ganar: ninguno, por ejemplo, con ideas sólidas que pudieran cuestionar aspectos clave del sistema para dichas esferas. He ahí lo inquietante. En cualquier caso, como se descuiden los militantes, lo que votarán será la segunda vuelta: la primera la habrá votado ya la Tele.

JUSTICIA

La impunidad de ‘La manada’

Jordi Terris

Agente de la propiedad inmobiliaria

La excarcelación de los miembros de La manada bajo la ridícula fianza de 6.000 euros ha sido un golpe muy bajo, un golpe en el contexto de una sociedad enfermiza, una sociedad donde la justicia ya hace tiempo que está en entredicho, una institución manipulada que aplica la ley en función de si el imputado o el condenado es guardia civil, cuñado del Rey, independentista, simpatizante aberzale u otras consideraciones personales. El caso de La manada nos ha de llevar a una profunda reflexión de lo que está pasando en este país. Es inaudito que la justicia pueda caer en la impunidad vergonzosa ante un delito tan denigrante como es la expresión del machismo más repulsivo y despreciable que desembocó en una violación en grupo de una chica desprotegida y arrinconada, la cual según parece cometió el gran error de quedarse paralizada atenazada por el terror, en lugar de luchar contra cinco individuos desbocados, actitud que utilizó el tribunal como argumento atenuante en su veredicto. Seguro que los miembros del tribunal que dirimió este litigio no son capaces de ponerse en la piel de una mujer en una situación de estas características. Es muy triste, pero este es un claro ejemplo de injusticia y falta de sensibilidad de la sociedad que nos ha tocado vivir.

VIDA EN PAREJA

Verano, la estación de la dicha

Pat Vilanueva

Vilassar

Después de superar sin éxito una primavera inexistente, llegamos a la estación de la dicha, es decir: el verano. ¿Y qué queréis que os diga? ¡Me encanta! Hay gente, y no poca, a quien no le gusta el verano (mi mujer, sin ir más lejos) y yo me pregunto: ¿puede una pareja con gustos tan dispares vivir juntos tantos años? La respuesta es sí y lo es precisamente por ser desigual.

La pareja de idénticos gustos y costumbres está abocada al fracaso por vía del aburrimiento y falta de condescendencia. Pero es del verano de lo que quiero hablar, y no tan solo de su climatología, sino de lo que es capaz de aportarnos en forma de nuevos estímulos y sensaciones. Abre un largo paréntesis a nuestra agresividad, haciéndonos más amables y sociables.

En verano dormimos poco y, por tanto, nuestros sueños son más cortos y menos escurridizos que en cualquier otra época. Podemos atraparlos con más facilidad y después de enriquecerlos con un toque de fantasía, nos reiremos de ellos a la fresca de una terraza junto a nuestros amigos mientras tomamos un helado o un refresco. El verano es generoso para todos. No pide nada a cambio y satisface a todo aquel que desee disfrutarlo.