Los Presupuestos Generales del Estado para 2019 son el cheque con el que paga Pedro Sánchez los peajes del independentismo radical que le han hecho presidente. Y, mientras tanto, lo que podemos esperar de Fernández Vara es silencio para sus paisanos y loas a su secretario general.

Por desgracia, los extremeños seremos quienes paguemos el precio de una política de regates cortos y ambiciones personales. Pues con estas cuentas se deja patente el daño que Sánchez hace a Extremadura. Lo único que preocupa al presidente del Gobierno es mantenerse el mayor tiempo posible subido en ese avión que tanto le gusta. Y, para ello, sabe que tiene que darles no un brazo, sino el cuerpo entero a los independentistas catalanes.

No se ha cortado en hacerlo. Si para darle más dinero a los catalanes tiene que quitárselo a los extremeños, pues el fin bien merece el sacrificio, debe pensar.

La única inversión nueva que viene para Extremadura es lo ya invertido y no gastado, una inversión que ya estaba prevista realizar en el segundo semestre del año pasado, pero que, como no se ejecutó, nos la visten de seda para que encima tengamos que aplaudir.

Es profundamente injusto que los que menos tienen, tengan que seguir siendo los más silenciados y perjudicados. Con estas cuentas volveremos a sufrir un nuevo retraso en el AVE, que no estará finalizado hasta 2026. Los socialistas han convertido las obras del tren extremeño en el día de la marmota, pues año tras año, volvemos a sufrir un nuevo retraso en las obras.

Seguiremos con las averías, con los trenes incendiados, con accidentes, y demás penurias que los extremeños sufrimos cada día por culpa de unos trenes más propios de principios del siglo XX. Menos mal --dirán algunos-- que nos han presupuestado 6 millones de euros para un plan de empleo.

Me pregunto si con esta cantidad pírrica y los brillantes presupuestos cargaditos de renta básica que han aprobado PSOE y Podemos, dejaremos de ser la segunda región de Europa con más paro.

Cuando gobernaba Rajoy, Vara exigió 460 millones de euros para un plan de empleo especial para

Extremadura. Pero con su amigo Pedro en la Moncloa, seis millones son más que suficientes. Extremadura se hunde, la ahoga un PSOE al que ya no le queda nada de obrero y mucho menos de español. Un PSOE entregado a mantener a Pedro Sánchez en un avión de lujo, mientras los extremeños viajan en trenes remendados con tiritas. Es el precio que han puesto al poder. Afortunadamente, señor Vara, el 26 de mayo está en camino.