Parecía que no iba a llegar, pero ahí está por fin el debate de investidura de Pedro Sánchez . Muy laborioso ha sido el minipacto. Y muy precario. Una suma del segundo con el cuarto no parece convincente. Un acuerdo con una irrenunciable reforma exprés, imposible además sin el aval del Partido Popular, con cuatro puntos superfluos u obvios y uno discutible y anti rural, por tanto elitista, tampoco se antoja ilusionante en exceso.

En las redes, algunos antaño seguidores acusan a Albert de mentiroso y lloran este temprano desengaño. Mas otros le aúpan como paladín de la democracia.

A mí se me plantean bastantes preguntas. Y como aquí ejerzo de opinadora, se las escribo a usted, amable lector, que no me puede responder, aun sabiendo que aquellos a los que van dirigidas no lo harán. Quizá porque no tienen respuesta. Adopten entonces la forma de interrogaciones retóricas, figura patética, ideal para expresar mi angustia política que no metafísica.

¿Por qué Rajoy , que mira con menosprecio el acuerdo, no intentó al menos hablar con Rivera para sumar, en lugar de 130, 163 y luego enviar al joven líder a pedir audiencia a Sánchez y convencerle de que se sumara al acuerdo? ¿Es tal vez este último más intolerante, inamovible, pétreo e impermeable que el presidente en funciones? ¿Por qué repite Sánchez que se deroga la reforma laboral del PP mientras Rivera afirma que a los populares les tiene que gustar el pacto? ¿Cómo, de pronto, es prioridad digna de mención el cambio del actual huso horario? ¿Por qué esa urgencia en acabar con las diputaciones? ¿Qué significa esa reserva del PSOE para volver a permitir que aborten las menores sin conocimiento paterno? ¿Por qué dice Chacón que se incluye un referéndum para Cataluña? ¿Por qué el debate tiene que ser a la hora del sopor? ¿Lo que quiere Sánchez es un discurso triunfal y propagandístico en solitario que le consagre como el gran estadista que no es?

La última pregunta, como me la hago a mí misma, la contesto sin dudar. ¿Es este acuerdo mejor que el pacto con Podemos y compañeros rupturistas? La respuesta es que sí.