TAt pesar de las agorerías, de esas provincianas e interesadas Trompetas de Jericó que pronosticaron, en la resaca de la humorada solidaria, la desaparición del mapa de los premios Ciudad de Badajoz, que serían incinerados por el fuego de la divinidad olímpica; a pesar de la labor, rastrera y mezquina, realizada por algún íncubo y algún diosecillo cateto y vanidoso cerca de los posibles sustitutos en los distintos jurados; a pesar del miedo, unas veces disfrazado de falsas disculpas, otras de falsas promesas, que impide a melindrosos directores de academia o presidentes de escritores salirse de las consignas cortijeras; a pesar de los cientos de correos electrónicos enviados por el mentado y alvárico diosecillo para ofrecer la más fingida e interesada imagen de víctima de la caverna , éste que, durante años, síntomas dio de encontrarse tan a gusto hocicando y refocilando en el barro cavernario ; a pesar de la estelar y espeluznante aparición del Dúo Sacapuntas del Ayuntamiento de Badajoz ante la prensa, converso y monaguillo al unísono, tratando de desprestigiar estos premios con medias verdades, cuando no con mentiras flagrantes; a pesar de la deserción de algunos que en público respaldan al oneroso ofendido y en privado lo voltean y lo desenmascaran o, mejor, dan precisa imagen de su enfermiza egolatría; a pesar de todo, de navajazos traperos y zancadillas, de traiciones y melindres, pues el año pasado y éste ha vuelto a haber convocatoria y fallo. Se han premiado libros, se han editado libros y, de añadidura, se ha creado un nuevo Premio de Periodismo. O sea, viento en popa. Y en los jurados, por citar a alguno de los mindundis no extremeños que profetizaban los de la catástrofe, pues Juancho Armas Marcelo, Juan Eslava, Fernando González Urbaneja, Luis Alberto de Cuenca, Fernando Marías ... ¡Ah!, y también ha habido cena. Nada hortera, por cierto. Será que el mal gusto y la vulgaridad lo llevaban éstos en el espejito del bolso.

Lo cual que cuando murió el bicho, creyó dejarlo todo atado y bien atado. Y resultó que no. Que lo que creyó atado, desatóse. Y en éstas estamos. Que éstos, como aquél, no han contado con que hay personas que no están dispuestas a alistarse al sectarismo carca y al prietas las filas .

¿Y qué será que cada vez que hablo de estos perillanes me acuerdo del de la lucecita de El Pardo ?

*Poeta y jurado, no vitalicio, del

Premio de Poesía Ciudad de Badajoz